Tradicionalmente las harinas se elaboran de forma manual (una persona pasa más de media semana moliendo maíz, lo que impide que muchas familias puedan dedicarse a otras actividades.
La compra de estos molinos evita tener que desplazarse a varios kilómetros de distancia para moler. Así las comunidades no corren el riesgo de ser asaltadas en los caminos ni de ser estafados, perdiendo gran parte del grano o la harina.
La Fundación Lusekelo-Alegría promueve la compra de molinos diesel que facilitan la tarea en toda una comunidad. Su coste ronda los 5000 euros.